Sólo el 10% de los astronautas que han salido al espacio hasta el día de hoy han sido mujeres. A pesar de estar en minoría, su papel ha sido esencial en la exploración espacial.
MUJERES EN EL ESPACIO
El 16 de junio de 1963, a la edad de 26 años y a bordo del Vostok6, se convirtió en la primera mujer en viajar al espacio. Su nombre en clave durante la misión fue Chaika (Gaviota).
Valentina Tereshkova a bordo de la Vostok 6.
Aunque estaban previstos más vuelos en los que participaran mujeres, pasaron 19 años hasta que otra mujer, viajara al espacio. Ninguna de las otras cuatro cosmonautas del grupo de Tereshkova viajó al espacio.
Tras su única misión espacial contrajo matrimonio con el cosmonauta Adrián Nikolaiev, con quien tuvo una hija, Elena, hoy médica. El primer matrimonio espacial también fue fomentado por el líder Kruschev, luego, en 1982 se divorció y su segundo marido fallece en 1999
En 1978 la NASA anuncia la creación de un nuevo grupo de astronautas, el más numeroso hasta ese momento con 35 integrantes, era el primer grupo dedicado al transbordador espacial que aún no había entrado en funciones.
Pero lo más peculiar era que, por primera vez, seis mujeres integraban un grupo de astronautas, tan profesinales como los hombres, se sabía que el vuelo de la primera mujer norteamericana era inmimente.
Las elegidas fueron, de acuerdo al orden de la foto, Shannon Lucid, Margaret Rhea Seedon, Kathryn Sullivan, Judith Resnik, Anna Fisher y Sally Ride.
Sin embargo los rusos a sabiendas de la creación de este nuevo grupo volvieron a usar el aparato político con fines propagandísticos y seleccionaron rápidamente a una mujer para volar a la estación espacial Salyut 7 en un vuelo que duraría una semana.
La elegida fue Svetlana Savistkaya, nacida en Moscú el 8 agosto de 1948, graduada en el Instituto de la Aviación como Ingeniera aeronáutica, piloto de pruebas y paracaidista, tuvo su bautismo espacial en agosto de 1982 a bordo de la Soyuz T-7 junto a sus compañeros Leonid Popov y Alexander Serebrov, con quienes compartió su estadía en la estación Salyut 7, donde también se hallaban otros dos cosmonautas cumpliendo una larga permanencia.
La segunda mujer en volar al espacio otra vez era soviética, opacando así el debut de quien fuera la primera norteamericana en hacerlo, Sally Ride, quien voló en junio de 1983 a bordo del Challenger, en la misión STS-7, junto a otros cuatro astronautas.
De todos modos la NASA también encontró una forma de mostrar la integración de la mujer en sus vuelos espaciales, apenas concluído el vuelo de Ride anunció para octubre de 1984 la próxima realización de una caminata espacial realizada por una mujer, la elegida ya tenía nombre y apellido, Kathryn Sullivan.
Pero la Unión Soviética volvió a adelantarse y resolvió enviar, en julio de ese año, a Sveltana Savistskaya, conviertiéndose así en al primera mujer en viajar dos veces al espacio con el claro propósito de, una vez llegada a la estación Salyut 7, realizar una caminata espacial junto al comandante de la misión Vladimir Dhzanivekov.
La NASA solo pudo apurar que sus primeras seis mujeres volaran lo antes posible para dar una imagen de mayor integración que su competidor directo.
Así, luego de los vuelos de Sally Ride en junio 1983 y Sveltana Savitskaya en julio de 1984, tuvieron su oportunidad Judith Resnik en agosto de 1984 (STS-41D); Kathryn Sullivan en octubre de 1984 (STS-41G), efectuando la primera caminata espacial americana; Anna Fisher en noviembre de 1984 (STS-51A); Margaret Rhea Seedon en abril de 1985 (STS-51D) y Shannon Lucid en junio de 1985 (STS-51G).

La década del 80 parecía ser, sin dudas, la de la mujer en el espacio, tanto para Rusia como para Estrados Unidos, sin embargo, casi al mismo tiempo para ambas potencias, ese camino pareció truncarse.
Por un lado los soviéticos, en un nuevo intento por ganar protagonismo, había planificado una misión integrada exclusivamente por mujeres, una de las últimas expediciones a la estación Salyut 7. Despegaría justamente en el Día Internacional de la Mujer en 1986, la comandante sería Svetlana Savistskaya, en lo que sería su tercer vuelo, junto con otras dos cosmonautas novatas, Yelena Dobrokvashina y Yekaterina Ivanova.
En 1985 la Salyut 7 dejó de funcionar repentinamente y para reestablecerla los cosmonautas de las misiones Soyuz T-13 y T-14 debieron abocarse a salvar la ya vieja estación para luego intentar una última larga permanencia en el espacio; en ese nuevo contexto la misión visitante, exclusivamente femenina, fue cancelada.
Mary Cleave y Bonnie Dunbar las únicas mujeres del grupo 9 de la NASA.
Por otro lado la NASA estaba en su apogeo en el envío de mujeres al espacio, luego del vuelo de las seis pioneras del grupo 8, comenzaron a volar las nuevas elegidas del grupo 9, Bonnie Dunbar en la STS-61A y Mary Cleave en la STS-61B, ambas a finales de 1985, pero en 1986 cuando una de las seis primeras mujeres estaba a punto de realizar su segundo vuelo sobrevino la tragedia.
La astronauta Judith Resnik y la maestra Sharon Christa McAuliffe en el KSC.
El 28 de enero de 1986 la astronauta Judith Resnik fallecía junto a sus otros seis compañeros en el accidente del transbordador Challenger (STS-51L) que estalló a los 75 segundos de haber despegado, en la tripulación además se hallaba otra destacada mujer, aunque no era astronauta, se trataba de la primera educadora que volaba e impatiría una clase desde el espacio, Sharon Christa McAuliffe, su muerte fue un duro golpe para la NASA y para toda la sociedad.
Las cancelaciones y las tragedias truncaron la presencia femenina en el espacio, deberían pasar cuatro años para volver a ver mujeres de la NASA en el espacio, mientras que Rusia tardaría una década en volver a entrenar a alguna para una misión.
Con la vuelta al espacio de la flota de transbordadores a finales de 1988, las astronautas de la NASA comenzaron a aparecer al año siguiente, si bien las que ya habían volado continuaban en actividad seguían debutando nuevas astronautas, esta vez les tocaba a las integrantes del grupo 10 (1984).
Lucid y Baker, integrantes de la misión STS-34 (sonda Galileo).
Mary Cleave fue la segunda mujer astronauta de la NASA (luego de Sally Ride) en volver al espacio, en mayo de 1989, durante la misión STS-30, encargada de poner a la sonda Magallanes rumbo a Venus; ese mismo año, otra misión con una sonda interplanetaria, la STS-34 con la sonda Galileo, llevó entre sus tripulantes a Shannon Lucid, una de la seis pioneras de la NASA, en su segundo vuelo y a la debutante Ellen Baker del grupo 10 de astronautas (1984).
El año se cerraba con la misión STS-33, entre sus tripulantes se hallaba otra mujer del grupo 10 de la NASA que realizaba su primer vuelo, Kathryn Thorton, la primera mujer que participó en una misión militar, dedicada al Departamento de Defensa de EEUU.
Kathryn Thorton la primera astronauta en misión militar.
Las mujeres de la NASA siguen apareciendo en las más emblemáticas misiones del transbordador espacial, la década del 90 sería bastante prometedora al respecto, incluso para los rusos, quienes solo incluyeron mujeres en sus vuelos para dar golpes mediáticos y luego terminaron discriminándolas mucho más.
En 1990 dos importantes vuelos incluyeron a mujeres astronautas de la NASA, la STS-32 en enero, fue la encargada de recuperar el satélite LDEF, un gigantesco artefacto con experimentos biológicos, comparado en tamaño a los actuales módulos de la Estación Espacial Internacional.
Esta misión requirió de personal muy experimentado en el manejo del brazo robot para capturar al gran satélite y depositarlo en la bodega para traerlo de regreso a la Tierra, luego de seis años (tres más de lo previsto) en el espacio. Entre las astronautas que realizaron esta dificil tarea se hallaban Bonnie Dunbar, en su segundo vuelo y otra de sus compañeras de grupo, la debitante Marsha Ivins, muy conocida (y muy criticada) por sus cabellos libres en gravedad cero, pero una de las más capaces en toda la NASA.
Marha Ivins, durmiendo y con sus cabellos libres en gravedad cero.
En abril se lanza, con bastante retraso, la misión STS-31 con Kathryn Sulivan, otra de las seis pioneras en su segundo vuelo, su misión nada menos que poner en órbita el ya mítico telescopio espacial Hubble, que tantas sorpresas nos sigue brindando hoy en día.
Las misiones del transbordador ya incluían tripulaciones con dos mujeres y en misiones de alta complejidad, la década no había hecho más que empezar, pero aún se reservaba alguna que otra sorpresa para estas protagonistas del espacio

Tracy Caldwell, astronauta de la NASA, viajará a bordo de la Soyuz TMA-18 en abril, formando parte de la Expedición 23 a la Estación Espacial Internacional, será su segundo vuelo al espacio.

Naoko Sumino, astronauta jaonesas, realizará su primer vuelo en la misión STS-131 Discovery en abril, rumbo a la Estación Espacial Internacional.

Dorothy Metcalf-Lindenburger, astronauta de la NASA y educadora, realizará su primer vuelo a bordo de la STS-131 Discovery, en abril, rumbo a la Estación Espacial Internacional.

Stephanie Wilson, astronauta de la NASA, volará por tercera vez al espacio, en la misión STS-131 Discovery, en abril.

Shannon Walker, astronauta de la NASA, debutará en el espacio en junio, a bordo de la Soyuz TMA-19, integrando la Expedición 24 a la Estación Espacial Internacional.

Nicole Stott, astronauta de la NASA, realizará su segundo vuelo a bordo de la misión STS-133 Discovery, en septiembre, será el último vuelo del transbordador espacial.

Cathy Coleman, astronauta de la NASA, realizará su tercer vuelo a bordo de la Soyuz TMA-20, prevista para diciembre, integrando la Expedición 25 en la Estación Espacial Internacional.
El 2003 fue un año duro para la NASA, el transbordador Columbia se desintegraba en la atmósfera, luego de una misión científica de quince días, entre sus siete tripulantes se hallaban dos mujeres astronautas Kalpana Chawla y Laurel Clark quienes, junto con Judith Resnik y Christa Mc Auliffe, pasaron a engrosar la lista de mártires espaciales, hoy son cuatro las mujeres fallecidas en la historia de los vuelos espaciales.
Kalpana Chawla y Laurel Clark, fallecidas en febrero de 2003 a bordo del Columbia.
Pero como el hombre (y la mujer) se repone de sus propias caídas, la vuelta al espacio significó un nuevo récord de permanencia femenino en el espacio, como destacamos en el post anterior y una gran apertura en la participación de la mujer en el espacio.
El turismo espacial ya era moneda corriente a bordo de la Estación Espacial Internacional de la mano de los rusos que siempre estuvieron necesitados de financiar sus vuelos, especialmente después de 2001, sin embargo el cuarto turista espacial, originalmente un japonés llamado Daisuke Enomoto fue reemplazado a último momento por su back up, la estadounidense de origen iraní, Anousheh Ansari.
Ansari nació en Teherán, Irán el 12 de septiembre de 1966, luego de emigrar a EEUU en 1984, obtuvo el título en ingeniería electrónica y en ciencias de la computación. Fundó con su hermano Amir Ansari el X-Prize a través del cual premió a Burt Rutan con U$S 10M por ser el primero de lograr un prototipo para volar más allá de la atmósfera terrestre en vuelo sub-orbital.
Siguiendo en el marco del aporte para elprograma espacial, Ansari compró un asiento en la Soyuz para pasar una semana a bordo de la Estación Espacial Internacional.
Su momento llegó en septiembre de 2006, a bordo de la Soyuz TMA-9, acompañando a la Expedición 14 y regresando en la Soyuz TMA-8 junto a la 13 que finalizaba su estada en la ISS, la participación de Ansari en el turismo espacial dió una gran espectativa para todo el común de la gente que, algún día, tendrá la posibilidad de viajar al espacio.
Durante el 2007 la Estación Espacial recibió a Barbara Morgan, la maestra que fue suplente de Christa Mc Auliffe en aquel fatídico vuelo del Challenger, en 1986, Morgan siguió fiel al programa espacial de la NASA y en 1998 se convirtió en astronauta para, nueve años después, realizar su primer vuelo a bordo de la STS-118 Endeavour.

Barbara Morgan astronauta de la NASA en la misión STS-118.
En 2008 un nuevo país se vió representado en el espacio, Corea del Sur, de la mano de Soyeon Yi quien acompañó a la Expedición 17 a la ISS, a bordo de la Soyuz TMA-12 y regresó una semana después en la Soyuz TMA-11 junto a los integrantes de la Expedición 16, Peggy Whitson y Yuri Malenchenko.
Soyeon Yi, la primera Surcoreana en órbita.
Por primera vez había dos mujeres en una Soyuz, al menos en el viaje de regreso, que fue bastante accidentado por cierto debido a la gran velocidad con la que terminó cayendo, un hecho que no pasó desapercibido para ciertos funcionarios rusos.
La mujer nº 50 en el espacio visitó la ISS en mayo de 2008, se trata de Karen Nyeberg quien realizó su primer vuelo a bordo de la STS-124 Discovery, encargada de instalar uno de los segmentos del módulo Kibo en la ISS.

Karen Nyeberg, la mujer nº 50 en volar el espacio.
Hasta el día de la fecha 50 mujeres han viajado al espacio, tres rusas, cuarenta y un estadounidenses, dos canadienses y una representante de Francia, Gran Bretaña, Japón y Corea del Sur.
Sunita Williams
es una astronauta que tiene el récord de mayor vuelo espacial femenino
Sunita Williams nació en Euclid, Ohio hija de Deepak Pandya y Bonnie Pandya, quienes vivían en Falmouth, Massachusetts. Deepak Pandya es un reconocido neuroanatomista. Las raíces paternas de Williams provienen de Gujarat, en India, y las de su madre tienen origen en Eslovenia. Williams estudió en la escuela Needham High School de Needham, Massachusetts, graduándose en 1983. En 1987 se graduó como Licenciada en Ciencias Físicas en la Academia Naval de Estados Unidos, y en 1995 realizó una Maestría en Ciencias con especialización en Ingeniería de Gestión en el Florida Institute of Technology.

Peggy Whitson, la primera comandante de la ISS
Nacida y criada en una granja en Iowa, Peggy Whitson se graduó en química y biología, y fue como investigadora en esas áreas como comenzó a trabajar en el centro espacial Johnson de Houston. Participaba en proyectos científicos de los departamentos de Medicina Interna y Bioquímica Humana.
Entre 1992 y 1996, cuando fue seleccionada como candidata a astronauta, trabajó como científica en un programa conjunto entre estadounidenses y rusos.
Cuando viajó al espacio por primera vez en 2002, su tarea fue llevar a cabo experimentos sobre biología humana en el espacio y microgravedad. Además, realizó su primer paseo espacial como parte de las tareas de mantenimiento de los paneles solares y el brazo robótico de la ISS.
Acostumbrada a batir todos los registros, ahora mismo es la única mujer de la Estación Espacial Internacional. Peggy Whitson, de 57 años, ha hecho trizas una vez más todos los récords, ya que desde hace unas horas ha asumido el mando de la Estación Espacial convirtiéndose en la primera astronauta en comandar en dos ocasiones la nave.
La primera vez fue en 2008 y ahora, nueve años después, asume de nuevo el mando cedido por Shane Kimbrough, quien vuelve a Tierra en la Soyuz MS-02 .
El último viaje de Whitson comenzó el 17 de noviembre de 2016 y no será hasta dentro de cinco meses cuando regrese a casa
A todas ellas va el reconocimiento de su dedicación a la nada fácil tarea de vivir, trabajar en el espacio y, por supuesto, ser mujer.
|
|